Acompañar a alguien en sus heridas es un camino que comienza siempre por el fortalecimiento de aquel a quien acompañamos. Resulta nefasto comenzar un acompañamiento o una terapia zambulléndose mediante el discurso en lo doloroso, en lo que va mal, porque dará la impresión de que esto es el núcleo de la vida de la persona. Por supuesto, no pretendemos negar que haya dolor o que no haya una situación difícil. Pero la primera medida, la medida de ‘primeros auxilios’, nunca es abrir el torrente del dolor sino hacer luz, ver con más claridad la luz. Para ello es esencial poner el foco de las primeras conversaciones en lo que va bien, en lo que hay de agradable en la vida de esa persona, de ese matrimonio, en lo que le ayuda, en aquello por lo que puede estar agradecido. Hacerle preguntas en este sentido le permitirá sentir más luz interior. Por otro lado, para afrontar dificultades habrá que partir de lo que va bien en la vida de la persona: estos son los datos básicos que necesitamos. Igual que en el focusing, los afectos negativos y sus manifestaciones corporales los suturamos con afectos positivos y sus sensaciones corporales correspondientes, también en la vida, las imágenes y experiencias negativas las suturamos con imágenes y experiencias positivas. A continuación, comparto a modo de ejemplo de lo que estoy comentando, uno de los ejercicios ejercicio que solemos proponer a los esposos o pareja en crisis para comenzar el diálogo sobre el matrimonio.

LAS MEJORES CUALIDADES

 

ALGUNOS DE NUESTROS LOGROS COMO PAREJA (COMO MATRIMONIO)

 

¿A QUÉ ESTOY AGRADECIDO EN TODOS LOS AÑOS EN QUE HE ESTADO CASADO/A?

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